Aunque determinar lo que está de moda implica un análisis amplio, hay varios estilismos vistos en pasarela, y las propuestas de otoño ya empiezan a colarse en los escaparates físicos y digitales, lo que invita a ver y analizar algunas de las tendencias más destacadas (y lo que significan para nuestro armario)
Algunas de estas tendencias están relacionadas con la vuelta a la celebración, el optimismo y, a la vez, la búsqueda de seguridad y extendiendo el confort de las prendas para estar en casa que tan presentes hemos tenido durante muchos meses.
Las prendas voluminosas
La exageración de la textura de los tejidos ha sido una de las constantes tanto para conjuntos de dos piezas como para vestidos, e incluso para zapatos y bolsos.
Este invierno apuesta por pantalones largos, cuellos altos, chaquetas y vestidos voluminosos.
Con ello se pretende que los tejidos envolventes faciliten volver a vivir fuera de nuestro hogar y que eso suceda sin dejar de lado ni la comodidad ni la protección que normalmente se siente en él.
La sastrería
La sastrería viene con mucha fuerza. Los diseñadores no han encontrado un término medio y han rescatado las siluetas y elementos propio de este tipo de trajes, chalecos y abrigos.
Es una de las tendencias más repetidas en diferentes medios: es una de las más asequibles visualmente, ya que estamos muy acostumbrados a ver trajes de chaqueta casi por todas partes.
La ropa de fiesta
Esa ropa con la que, quizás, todavía se experimente algo de extrañeza, por su falta de uso en estos últimos tiempos.
Así, es posible encontrar una gran cantidad de tejidos brillantes junto con otros cargados de lentejuelas, una de las grandes protagonistas de la temporada, además de altas dosis de plateado y dorado.
